En cuatro operativos que culminaron el 5 de septiembre de 2020 en la ciudad de Cochabamba, las fuerzas del orden bolivianas rescataron del crimen organizado a un grupo de 68 ciudadanos haitianos, conformado por menores de edad, mujeres y hombres, informó a la prensa el ministro de Gobierno de Bolivia Arturo Murillo.
“[Descubrimos] y estamos detrás de una banda que está haciendo esto de trata de personas”, dijo Murillo. “Es de nuestro interés cuidar a los niños, cuidar a las mujeres, cuidar el tráfico de seres humanos, luchar contra el narcotráfico y contra la pedofilia”.
Desde el portal del Ministerio de Gobierno, el titular de la Dirección General de Migración Bolivia (DIGEMIG) Marcel Rivas informó el 5 de septiembre del estado de los haitianos rescatados. “Las mujeres fueron encontradas con serios maltratos; con signos de violencia. Los niños, ninguno estaba con sus verdaderos padres. Todos eran supuestamente tutores o familiares lejanos. Al hacer los cotejos, no coincidían los apellidos”.
De acuerdo con la DIGEMIG, las organizaciones ilegales engañan a las personas y las inducen a pagar USD 3000 para llevarlas a Chile. El recorrido empieza por Brasil, atraviesan Bolivia y llegan a Chile.
Rivas anotó que este delito trasciende a la trata de personas. “Estos ciudadanos no solamente son utilizados para explotación sexual sino también, lamentablemente, para el tráfico de órganos y para el tráfico de sustancias controladas”, remarcó.
En Chile existe preocupación por el aumento de ciudadanos haitianos que llegan a su territorio después de pasar por Brasil y Bolivia. El Senado chileno debate el proyecto de una nueva ley de migraciones, para modificar la política de tránsito y estadía legal en el país, reportó el 30 de septiembre el diario chileno El Mercurio.
Por su parte, el Gobierno de Bolivia continúa coordinando acciones con Brasil y Chile, para frenar el tráfico de personas. “Se tomó contacto con la Policía de Investigaciones de Chile y la Policía Federal de Brasil, además de conversaciones con los gobiernos”, indicó Rivas a BBC Mundo el 7 de septiembre.
Sin bajar la guardia, los operativos de la DIGEMIG apoyados por las fuerzas militares y de policía no se detienen en el país, y son complementados con otras acciones. Desde el 30 de julio, el Consejo Plurinacional contra la Trata y Tráfico de Personas de Bolivia decidió sumarse a la campaña Corazón Azul, una iniciativa de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en inglés). Su objetivo es lograr sensibilizar a la comunidad para luchar contra la trata de personas y su impacto en la sociedad.
“A la fecha, la campaña Corazón Azul cuenta con la participación de 28 países, sector privado, organizaciones de la sociedad civil y miles de personas alrededor del mundo”, informó la UNODC durante el anuncio de la vinculación boliviana.
Anualmente, el negocio de la trata de personas a nivel mundial genera un estimado de USD 150 millones en ganancias al crimen transnacional, según la Organización Internacional del Trabajo, agencia de la Organización de las Naciones Unidas, con cifras actualizadas por la revista Forbes el 2 de febrero de 2020, que registra como víctimas de este delito a 25 millones de personas.