A principios de enero de 2020, Twitter suspendió docenas de cuentas vinculadas al régimen de Nicolás Maduro, por incurrir en “manipulación a través de plataformas online”. El despacho presidencial de Maduro; el Comando Operacional Estratégico de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana; el Banco Central de Venezuela, incluyendo la compañía estatal petrolera PDVSA y otras agencias gubernamentales, perdieron temporalmente el acceso a sus cuentas.
En 2019, tanto Twitter como Facebook suspendieron miles de cuentas vinculadas a campañas de desinformación en Irán, Rusia y Venezuela. Twitter eliminó unas 2000 cuentas en el país sudamericano que, según la empresa, formaban parte de “campañas apoyadas por el Estado, destinadas a influenciar a la opinión pública nacional”.
Un reporte sobre propaganda a través de Internet, que elaboró la Universidad de Oxford en 2019, señaló a siete países que utilizaban redes sociales para controlar la información e influir en la audiencia, incluyendo a China, Irán, Rusia y Venezuela en el grupo. El reporte indica que el régimen venezolano no solo utiliza bots (aplicaciones de software automatizadas), sino también un gran presupuesto y a muchas personas para manipular la opinión pública por Internet. El reporte estima que “múltiples brigadas de 500 personas con evidencia de entrenamiento formal”, llevan a cabo actividades de propaganda computacional para el régimen.
Según el periodista venezolano Adrián González de Cazadores de Fake News (Cazadores de noticias falsas), uno de los seis sitios web venezolanos de verificación de hechos, que se encargan de chequear el material que circula en redes sociales y de luchar contra la desinformación, muchas de las brigadas de Maduro operan desde dos centrales de llamadas en Caracas, y reciben órdenes directas del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información venezolano.
“Algunas de estas [cuentas] son fáciles de detectar por el comportamiento de los bots”, dijo González. “Retuitean de 100 a 400 veces por día, pero se puede ver que son operadores humanos […]. He denunciado estas cuentas miles de veces”.
González dijo que atraen a las brigadas con dinero fácil, obtenido simplemente por formar parte de campañas de desinformación para debilitar a la oposición y reforzar el mensaje del régimen.
“Con premios; así hacen que la gente tuitee“, expresó González. “Dicen: ‘instala esta tendencia, gana USD 10’. Con un poco de dinero se puede incentivar a mucha gente, y hay quienes se pasan todo el tiempo haciendo esto”.
En 2017, desde el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia y Paz de Venezuela se filtró al Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela un documento denominado “Proyecto de Formación del Ejército de Trolls de la Revolución Bolivariana”, que detallaba el plan de propaganda en línea del régimen.
Según el documento, el “ejército” está formado por escuadrones (una persona), pelotones (10 personas), compañías (50 personas), batallones (100 personas) y brigadas (500 personas), que son responsables de operar desde 23 a 11 500 cuentas en los sitios de redes sociales más populares. Los troles se dividen en: progobierno, (falsa) oposición (troles maduristas que se encargan de infiltrarse en la oposición e interferir en sus conversaciones); neutral; distracción, y noticias falsas. Su rol es el de monitorear contenidos en Internet y difundir información falsa.
Según González, los troles deben su conocimiento en redes sociales a la “Misión Robinson Digital” del régimen de Maduro, una iniciativa de 2016 a cargo del Ministerio de Educación. Medios estatales describieron la misión como una “nueva capacidad de acción digital que busca el Estado para contrarrestar la guerra comunicacional que impulsa la derecha nacional e internacional”.
“Creo la Misión Robinson Digital […] para la defensa del derecho a la verdad, a la independencia y a la paz del pueblo de Venezuela”, manifestó Maduro después de aprobar la creación de dicha misión.
En su último estudio de 2018, “Estrategias del Gobierno venezolano para la guerra de información en Twitter”, Iria Puyosa, investigadora venezolana especializada en comunicación política, y profesora visitante en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad de Brown, identificó tres estrategias que utiliza el régimen de Maduro en Twitter para manipular a la opinión pública. La investigación de Puyosa indica que el régimen coordina cuentas oficiales y a las de su ejército de troles para asegurarse de estar en la lista diaria de trending topics (tendencias del momento en español), con el objetivo de promover hashtags (etiquetas en español) disuasivos con información engañosa o errónea, y para apropiarse de hashtags de la oposición con el fin de alterar sus mensajes e inmiscuirse en sus conversaciones.
“El despliegue combinado de las tres estrategias identificadas configura una violación sistemática del derecho a participar en los asuntos públicos de los usuarios de Internet venezolanos”, dijo Puyosa en su reporte. “Por tanto, contribuyen a vulnerar libertades de expresión y asociación, el acceso a la información y el derecho a participar en el debate sobre los asuntos públicos que son fundamentales para una Internet libre, abierta y ajustada al respeto de los derechos humanos”.