Fuerzas combinadas de Colombia y los Estados Unidos concluyeron el Ejercicio Vita en el fuerte Buenavista, Colombia, durante una ceremonia que tuvo lugar el 17 de marzo de 2020, después de más de dos semanas de operaciones en la región de La Guajira.
Más de 150 miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo (JTF-Bravo), con sede en la Base Aérea Soto Cano, Honduras, trabajaron con miembros de las Fuerzas Armadas de Colombia y de varias agencias gubernamentales para llevar a cabo entrenamientos clave para el ejercicio.
El Ejercicio Vita es un despliegue combinado de interoperabilidad, que reunió a participantes para realizar operaciones cívico-humanitarias, incluyendo múltiples eventos de entrenamiento en preparación médica. El ejercicio se enfocó en fortalecer los profundos lazos de cooperación en materia de seguridad y perfeccionar la preparación general de los participantes, además de ser el reflejo de la promesa duradera que hizo el Comando Sur de los EE. UU. al continente americano.
“Tenemos el gran desafío de consolidar diariamente la cooperación bilateral entre ambas naciones”, dijo el Mayor General del Ejército de Colombia Hugo López Barreto, comandante de la fuerza de tarea de armas combinadas, y oficial sénior a cargo del Ejercicio Vita, durante la ceremonia de apertura el 9 de marzo. “Esta clase de ejercicio permite el desarrollo de misiones internacionales que buscan una integración adecuada de tropas y, al mismo tiempo, mantiene el máximo nivel de listeza operacional”.
Durante el ejercicio, las fuerzas de Colombia y los EE. UU. llevaron a cabo tres eventos de preparación médica y quirúrgica en áreas identificadas por el gobierno de la nación anfitriona como de gran necesidad, con lo cual se beneficiaron casi 1300 pacientes en comunidades de La Guajira.
Los participantes proporcionaron servicios que incluyeron medicina preventiva, salud pública, farmacia y odontología; mejorando su preparación médica al realizar operaciones en lugares remotos y bajo condiciones austeras, que requirieron un esfuerzo de coordinación en planificación y logística.
Además, equipos de asuntos cívico-militares supervisaron la entrega de más de USD 65 000 en donaciones de suministros humanitarios, como una mesa quirúrgica valuada en USD 10 000, para el Hospital San Rafael, en San Juan del César, donde se llevó a cabo uno de los eventos de preparación médico-quirúrgica, que permitirá al concurrido hospital atender más pacientes en el futuro.
“Para nuestra población esta donación es muy importante, porque tenemos muchas personas en situación de vulnerabilidad”, indicó Eliana Mendoza, directora del Hospital San Rafael.
El Teniente Coronel del Ejército de los EE. UU. Jeffrey Uherka, director de operaciones cívico-militares, supervisó la integración de los participantes de asuntos civiles estadounidenses con sus homólogos colombianos, quienes compartieron lo aprendido en eventos de preparación médica, realizados desde un centro de operaciones cívico-militares en Uribia. Su rol fue el de identificar oportunidades específicas para amplificar los efectos de operaciones del ejercicio.
“Para amplificar efectos, nuestro equipo ayuda a sus socios, por ejemplo mediante la integración [de Defensa Civil de Colombia] a ejercicios de preparación médica, además de convocar a líderes clave que contribuyan a aumentar la confianza entre las poblaciones y sus gobiernos”, indicó Uherka.
Miembros de Batallón N.º 1 del Regimiento de Aviación N.º 228 con la JTF Bravo dieron libertad de movimiento a las fuerzas combinadas en zonas remotas de la región durante todo el ejercicio. En los diversos eventos de entrenamiento combinado, los participantes desarrollaron habilidades a través de la planificación y ejecución de operaciones, que incluyeron entrenamiento de rescate con helicópteros y prácticas de evacuación médica.
Para los participantes de ambos países, el ejercicio fue una oportunidad para crecer y aprender juntos, mejorar una relación ya consolidada en materia de seguridad y, al mismo tiempo, brindar servicios críticos a las comunidades necesitadas.
“Nos damos cuenta de que podemos incrementar nuestro trabajo conjunto para que haya una mayor interoperabilidad entre ambos países, con el propósito de brindar bienestar y alegría a las comunidades vulnerables de La Guajira”, expresó el Mayor del Ejército de Colombia Cristian Loaiza, comandante del Batallón de Acción Integral y Desarrollo N.º 1, y participante del ejercicio. “Es muy gratificante porque adquirimos más conocimientos, trabajamos más arduamente para convertirnos en excelentes socios, y además de eso seguimos alimentando la sólida y duradera amistad entre nuestras fuerzas militares”.
Esa integración fue particularmente evidente entre la JTF Bravo y la unidad anfitriona en Buenavista: Fuerza de Tarea de Armas Combinadas Medianas (FUTAM). La unidad es la principal fuerza de tarea de Colombia en apostarse para responder a contingencias. Durante su discurso en la ceremonia de apertura, el Coronel del Ejército de los EE. UU. Steven Barry, comandante de la JTF-Bravo, reconoció a la FUTAM como una “unidad hermanada”.
“Compartimos un vínculo que muestra la sólida relación entre nuestras naciones”, expresó Barry. “Nuestras unidades son fuerzas de tarea únicas, que tienen la responsabilidad de prepararse para proyectar fuerzas en donde se necesiten. De este modo tenemos una ventaja, un marco en común sobre el cual podemos trabajar.
“Quisiéramos agradecerles a nuestros anfitriones colombianos, incluyendo a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas de Colombia y a las diversas agencias gubernamentales de quienes hemos aprendido tanto”, manifestó el Cnel. Barry. “Esperamos ansiosos el día en que podamos trabajar juntos nuevamente para beneficio de nuestro equipo combinado y el pueblo de Colombia”.