El 21 de septiembre, los Estados Unidos impusieron nuevas sanciones contra el Ministerio de Defensa iraní y contra el mandatario venezolano Nicolás Maduro, por su rol en el apoyo al programa de armas del régimen de Teherán.
“Nuestras medidas actuales constituyen una advertencia que debería escuchar todo el mundo: sin importar de quién se trate, si se viola el embargo de armas de la ONU a Irán, se arriesgan a sufrir sanciones”, manifestó el secretario de Estado de los EE. UU. Mike Pompeo en una conferencia de prensa al anunciar el restablecimiento de las sanciones sobre Irán.
El régimen de Maduro denunció las sanciones y agregó que no evitarán que ambos países mantengan relaciones económicas y comerciales libres.
“Venezuela rechaza y denuncia ante la comunidad internacional una nueva agresión por parte del Gobierno de los EE.UU. al anunciar, sin fundamento alguno, pretendidas sanciones unilaterales […] como parte de una campaña sostenida de agresiones contra […] Irán [y] Venezuela”, declaró el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela en un comunicado.
Las sanciones contra Maduro, no especificadas, se producen en un momento de fortalecimiento de lazos entre Venezuela e Irán, que se extenderían al sector militar.
A mediados de agosto, el presidente colombiano Iván Duque, basándose en datos de inteligencia internacional, acusó a Maduro de intentar la compra de misiles de mediano y largo alcance a Irán. La información indica que “todavía no ha llegado [el cargamento de misiles], pero que se han venido haciendo estas aproximaciones, particularmente con la instrucción de [el ministro de Defensa venezolano, Vladimir] Padrino”, manifestó Duque en un evento virtual.
Maduro se burló del reclamo durante una transmisión, e indicó que comprarle misiles a Irán sería una “buena idea […] dadas las grandes relaciones que tenemos con Irán”.
El régimen de Teherán ha acudido en rescate del país tan necesitado de petróleo y entregó 1,5 millones de barriles de combustible a Venezuela en mayo. A fines de abril, Irán envió componentes, técnicos y equipos a través de la aerolínea estatal iraní Mahan Air, sancionada por los EE. UU., para ayudar a reactivar la producción en las refinerías venezolanas.
Según el Wall Street Journal, recientemente, las relaciones se extendieron a la industria minorista de comestibles, ya que un conglomerado de propiedad militar iraní, vinculado al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, abrió un supermercado en Caracas.
Las nuevas sanciones, dirigidas contra 27 entidades y ciudadanos iraníes vinculados a los sectores nucleares, de misiles y de armas convencionales, fueron “inútiles”, expresó el Ministerio de Defensa iraní en un comunicado.
El Gobierno de los EE. UU. impondrá sanciones contra el Ministerio de Defensa y Logística de las Fuerzas Armadas de Irán, su Organización de Industrias de Defensa, altos funcionarios de la Organización de Energía Atómica de Irán, así como también contra productores y proveedores claves de productos militares de uso dual, para el programa de misiles balísticos de Irán.
“Nuestros esfuerzos actuales consisten en seguir reduciendo ese riesgo [de que Irán] tenga la riqueza y los recursos para fomentar el terror en toda la región y, de hecho, en todo el mundo”, indicó Pompeo.