A mediados de diciembre de 2021, el presidente de los Estados Unidos Joe Biden firmó una orden ejecutiva que declaraba la emergencia nacional y otorgaba mayor poder al Departamento del Tesoro de los EE. UU., entidad que autoriza la aplicación de sanciones a personas y organizaciones extranjeras involucradas en el tráfico internacional de drogas ilegales.
“El tráfico de drogas ilícitas hacia los EE. UU., como el fentanilo y otros opioides sintéticos, está causando la muerte de decenas de miles de estadounidenses por año, así como también innumerables sobredosis no fatales, con su propio trágico costo humano. Los cárteles de la droga, las organizaciones criminales transaccionales y sus proveedores son fuentes importantes de drogas ilícitas y precursores químicos que alimentan la actual epidemia de opioides, además de la violencia relacionada con las drogas que perjudica a nuestras comunidades”, indica la orden ejecutiva.
La nueva orden amplifica en gran medida las facultades del Departamento del Tesoro para imponer sanciones económicas a cualquier ciudadano extranjero de quien se determine que hayan participado en actividades que contribuyeron, o podrían contribuir, a la proliferación mundial de drogas ilegales. También será susceptible a las sanciones de la nueva orden cualquier ciudadano extranjero que, a sabiendas, reciba cualquier propiedad adquirida a través de las ganancias del tráfico de drogas ilícitas. Por lo tanto, el Tesoro también puede, entre otras sanciones, prohibirles a los infractores la entrada al país, bloquear todos sus activos en los EE. UU., e impedir que ciudadanos estadounidenses u otras entidades hagan negocios con ellos.
Con la orden ejecutiva se añadieron a la lista los nombres de nacionales especialmente señalados de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC en inglés). También entraron en la lista organizaciones criminales tales como Wuhan Yuancheng Gongchuang Technology Co. Ltd., de China, y la facción brasileña Primer Comando de la Capital (PCC). Además, las autoridades designaron en la lista a otras 13 entidades y a 10 personas. Salvo el PCC, todas las personas y entidades son de origen chino, colombiano o mexicano.
La empresa Wuhan Yuancheng Gongchuang Technology Co. Ltd. sería una de las compañías controladas por Chuen Fat Yip, a través de la cual “contrabandea fentanilo, esteroides anabólicos y otras drogas sintéticas a los EE. UU.”, manifestó el Departamento del Tesoro. Chuen Fat Yip es considerado uno de los principales productores de esteroides anabólicos del mundo, por quien los EE. UU. ofrecen una recompensa de USD 5 millones por información que lleve al arresto o condena de esta persona.
El Tesoro ha identificado al PCC como “el grupo del crimen organizado más poderoso de Brasil, y está entre los más poderosos del mundo”. Aunque su líder Marcos Camacho, alias Marcola, se encuentra recluido en una prisión de máxima seguridad desde 2017, la facción domina el narcotráfico en territorio brasileño e involucra en sus operaciones a países de toda Sudamérica, con el objetivo de hacer llegar los cargamentos de drogas a África, Asia, los EE. UU. y Europa. Según la embajada de los EE. UU. en Brasil, es la primera vez que un cártel brasileño ingresa a la lista de la OFAC.