El 3 de julio, a través de la Agencia de los EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID en inglés), el Gobierno de los Estados Unidos envió a Ecuador un primer lote de 50 respiradores nuevos de última generación, como ayuda en la lucha contra el COVID-19.
Los respiradores LTV 1200, de fabricación estadounidense, están equipados con tecnología de punta, en alta demanda. Son compactos, desplegables y facilitarán el tratamiento de pacientes en Ecuador afectados por el virus. Para los enfermos cuyos pulmones no mejoran a pesar de recibir oxígeno, este recurso vital podría salvarles la vida. El Ministerio de Salud Pública ha determinado que estas máquinas se utilizarán primero para atender a enfermos de COVID-19 en diez provincias.
El embajador de los EE. UU. Michel Fitzpatrick expresó que “esta donación de respiradores de última generación es parte de la promesa que el presidente Trump le hizo al presidente Moreno, en reconocimiento de la asociación entre nuestros países, sobre todo en tiempos de adversidad. Aunque el pueblo de los EE. UU. está haciéndole frente a la pandemia de COVID-19, extiende su mano hacia el pueblo ecuatoriano, como muestra de solidaridad. Estos respiradores salvarán miles de vidas ecuatorianas en los meses y años venideros”.
Además de los respiradores, USAID financiará un paquete de apoyo adicional, que incluye equipamiento, planificación de servicios y asistencia técnica. Esta donación se suma a los USD 14 millones que el Gobierno de los EE. UU. prometió a Ecuador como ayuda por la pandemia. Este rescate incluye asistencia alimentaria de emergencia, asistencia para el sector de salud, equipamiento de protección para el personal que trabaja en contacto directo en hospitales, clínicas y municipios, pruebas de análisis de COVID-19 y asistencia técnica en áreas de respuesta de emergencia.
Durante décadas, los EE. UU. han sido el principal proveedor de asistencia sanitaria bilateral en el mundo. Desde 2009, los contribuyentes estadounidenses han financiado generosamente más de USD 100 000 millones en asistencia sanitaria internacional y casi USD 70 000 millones en asistencia humanitaria.