La Policía Federal (PF) arrestó el 4 de diciembre de 2020 a uno de los principales traficantes de fauna silvestre de Brasil, y rescató a unos 200 animales destinados a la venta clandestina. Los resultados fueron fruto de la segunda fase de la Operación Urutau, que se lleva a cabo en cinco estados brasileños, y cuyas investigaciones comenzaron en 2019.
El traficante Roberto Augusto Martinez Filho, conocido como Zé do Bode, vendía los animales públicamente a través de sus redes sociales, y utilizaba documentos falsos para aparentar legalidad en su negocio. “Tiene un extenso prontuario en delitos ambientales”, expresó Marcelo Ivo de Carvalho, comisario de la PF. Además, la policía aseguró que Zé do Bode fue detenido en São Paulo, y que comandaba una banda criminal con operaciones en varias regiones del país. Fue uno de los 11 detenidos durante la operación Urutau II.
Otro detenido, cuyo nombre la policía no reveló, llevaba 38 años en el negocio. “Ya le estaba delegando las operaciones a su hijo. Otros miembros de su familia recurrían al narcotráfico cuando el tráfico de animales silvestres decaía, debido al ciclo de nacimiento de las especies”, explicó otro comisario de la PF, Sebastião Pujol, jefe de la Comisaría de Represión de Delitos contra el Medioambiente.
La mayoría de los 200 animales rescatados en la operación eran aves que se mantenían en cautiverio hasta que los traficantes lograban realizar la venta. Entre los ejemplares había especies en peligro de extinción como el guacamayo azul, el mono capuchino y el tucán toco.
La primera fase de la Operación Urutau tuvo lugar el 23 de mayo de 2019. En esa ocasión, las autoridades arrestaron a nueve personas y rescataron unos 350 animales.
Combate continuo
En otra operación a fines de noviembre de 2020, agentes arrestaron a cuatro miembros de una organización criminal que capturaba y comercializaba animales en al menos cuatro estados, y manejaba unos USD 2 millones por año.
Entre los animales vendidos ilegalmente había cisnes, que emigraban de Chile y Argentina a la región sur de Brasil. Por cada ave, la banda cobraba a los intermediarios alrededor de USD 400. En la venta al consumidor final, este monto alcanzaba los USD 1000 aproximadamente. “Estamos hablando de un mercado muy lucrativo, que actualmente solo es superado por el tráfico de drogas y de armas”, manifestó Beatriz Ribas, comisaria de la Policía Civil de Santa Catarina.
Los delincuentes detenidos en la Operación Bioma deberán responder por delitos como asociación delictuosa, maltrato a los animales, caza de fauna silvestre y falsificación de documentos.