El régimen cubano atraviesa su peor crisis desde la década de 1990, cuando tras el fin de la Unión Soviética se quedó sin los subsidios de la ex superpotencia.
Con previsiones de crecimiento de un 2 por ciento este 2021 frente a una contracción del 11 por ciento en 2020, según el Ministerio de la Economía de Cuba, el gobierno enfrenta la caída de sus principales fuentes de ingresos: las remesas, el turismo y la exportación de profesionales médicos.
“El Gobierno de Miguel Díaz-Canel está viviendo una tormenta perfecta”, dijo Emilio Morales, quien dirige The Havana Consulting Group, una consultoría con sede en Miami, que estudia la economía cubana.
“La falta de ingresos por el turismo debido a la pandemia se unió a las consecuencias de medidas más fuertes de la administración del presidente Donald Trump, para que los militares no se apropiaran de las remesas y al ya menguante ingreso de la exportación de servicios médicos”, puntualizó.

El turismo va de mal en peor, dice el economista cubano Pedro Monreal, que se desempeñó en el Centro de Investigaciones Económicas Internacionales de la Universidad de la Habana, y ahora es el autor de un blog popular sobre la economía cubana. En el primer semestre de 2021 se recibieron solo 141 316 visitantes, es decir, 845 357 menos que en el mismo período del 2020, según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba.
La crisis económica se manifiesta en largas filas, incluso con el país asolado por el COVID-19, para comprar productos de primera necesidad. Apagones en las principales ciudades son frecuentes y un sistema de salud quebrado existe por la falta de inversión, dicen los expertos.
La crisis también fue responsable en gran medida por las mayores protestas que se han vivido en la isla en 60 años, cuando en julio de 2021 decenas de miles de cubanos salieron a las calles en diversas ciudades del país, reclamando libertades y respeto a los derechos humanos.
El envío de remesas también cayó en picada.
“El envío de remesas desde los EE. UU., uno de los principales rubros de la economía cubana, cayó un 70 por ciento este 2021 con respecto al 2020, que fue de unos USD 2348 millones”, dijo Morales.
El economista Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh, señaló que la crisis económica cubana es “estructural”.
“Cuba mantiene un ineficiente sistema económico de planificación centralizada, y un vasto predominio de la propiedad estatal en los medios de producción sobre el mercado, un modelo que ha fracasado en todo el mundo”, dijo el académico.
A esto se debe sumar la reducción drástica de la relación económica de Cuba con su principal aliado y benefactor, el régimen de Nicolás Maduro, dijo el experto. En los años de bonanza económica bajo Hugo Chávez, Venezuela absorbía la mayor cantidad de mano de obra que Cuba exportaba, en cambio por petróleo a precios subsidiados e invertía directamente en proyectos del régimen de la isla.
“La economía cubana tampoco es capaz de financiar sus importaciones con sus propias exportaciones, haciéndola insostenible. El valor total de las exportaciones cubanas se contrajo 67 por ciento entre 1989-2020, mientras que las importaciones aumentaron y también lo hizo el déficit de mercancías”, agregó Mesa-Lago.
Otro elementos clave en la crisis cubana, según los expertos, es un paquete de reformas implementado en enero de 2021 conocido en Cuba como “Tarea Ordenamiento”, que eliminó una moneda conocida como peso convertible, que tenía paridad con el dólar, elevó los salarios, pensiones y precios de la mayoría de los productos.
Pavel Vidal, economista cubano y profesor asociado de economía en la Pontificada Universidad Javeriana Cali de Colombia y Mesa-Lago han calculado que la inflación producida por la eliminación del peso convertible y la subida de precios, pensiones y salarios, supera el 500 por ciento. Por su parte Mesa-Lago aseguró que el poder de compra de los trabajadores cubanos se desplomó hasta en un 47 por ciento con respecto a 1989, el último año de los subsidios soviéticos.
En un análisis económico publicado a mediados de octubre en la agencia de noticias internacionales Inter Press Service, Vidal, quien trabajó para el Banco Central de Cuba, dijo que los cuestionamientos sobre si Cuba “se dirigía o no a un nuevo período especial” pasaban a un segundo plano.
“En términos económicos se combinan, al igual que en los años 1990, desplome del producto interno bruto, crisis de balanza de pagos, agotamiento de las reservas internacionales, impagos de la deuda internacional, inflación de dos/tres dígitos, depreciación significativa de la moneda nacional en los mercados informales, y excesivos déficits fiscales”, aseguró.