El Instituto de Geociencias (IGc) de la Universidad de São Paulo (USP) de Brasil colabora con la Policía Federal (PF) para identificar el origen y las rutas del tráfico de cocaína, desde su producción en países andinos hasta el puerto de Santos, en el estado de São Paulo.
En diciembre de 2021, el IGc firmó un acuerdo de cooperación con la PF para realizar investigaciones mediante técnicas de análisis geoquímico y estudio del polen, que ayuden a determinar dónde se cultivó la droga, a partir de los vestigios de vegetación local hallados en la droga y en su empaquetado. El puerto de Santos es el más grande e importante de Latinoamérica, y punto estratégico para el narcotráfico internacional que se origina en Colombia, Bolivia, Perú y Paraguay, con destino a los Estados Unidos, Europa y África.
La explicación del proceso radica en que la cocaína se elabora en precarias condiciones en selvas; absorbe el polen de la vegetación local, el cual queda impregnado en la droga y su envoltorio. A partir del polen se puede identificar el lugar donde se cultivan las plantas, el área de procesamiento de la droga y la ruta que recorrieron los estupefacientes para llegar al puerto de Santos, ya que en el empaque también queda alojado el polen durante su itinerario.
Este proyecto sin precedentes en Brasil fue concebido por el experto en criminología de la PF Fábio Salvador, luego de participar en el panel de evaluación de maestría de Cynthia Ramos, alumna del IGc que investigó el potencial forense de las partículas de polen y esporas. Incentivada por Salvador, Ramos inició su doctorado para continuar el estudio, que se focaliza en la cocaína y en los decomisos en el puerto de Santos.
Salvador explica que los estudios del IGc favorecerán y ampliarán el proyecto PeQui, que ya desarrolla la PF para conocer y describir el perfil químico de la droga, estableciendo características como los productos utilizados en su fabricación, las condiciones de transporte durante el tráfico y la pureza de cada muestra. Estos datos se combinan con los resultados de las investigaciones y sirven para establecer conexiones entre pandillas y proveedores.
“Esta caracterización del PeQui es fundamental para que podamos saber sobre la cocaína que pasa por Brasil. Pero faltaba otro aspecto de investigación dentro del proyecto, que sería la trazabilidad de esa cocaína”, comentó Salvador a Diálogo. “La importancia de este proyecto [realizado en conjunto] con la USP [radica en] la confirmación de que el embalaje hallado en el puerto de Santos, o en cualquier otro, conserva vestigios de uno de los países de los Andes, de un itinerario. La trazabilidad a través del polen demuestra ser relativamente económica y exitosa”, agregó.
No se envía ninguna droga a los laboratorios de la USP. Cada quincena la PF separa para el proyecto cuatro muestras de distintos cargamentos de droga incautados en el puerto de Santos, camuflados en bolsas de arena, arroz, café, etc. Las muestras se envían a la PF de São Paulo, donde los investigadores del IGc destruyen la droga con agentes químicos, y dejan solo residuos biológicos para someter a análisis microscópicos en laboratorios de la USP.
Paulo Eduardo de Oliveira, profesor del IGc y asesor de Ramos, trae del Museo Field de Historia Natural de Chicago, EE. UU. –en donde es investigador adjunto– las muestras de plantas originarias de países andinos y de Brasil que se necesitan para el análisis. El museo es uno de los herbarios más grande del mundo, al contar con uno de los depósitos de plantas más grandes de Centroamérica y Sudamérica. “Voy todos los años a recolectar muestras”, comentó el académico a Diálogo.
Oliveira cree que la identificación de estos sitios puede serle útil a la diplomacia brasileña en soluciones prácticas, como en la ejecución de operaciones para combatir el narcotráfico en conjunto con la policía de otros países. Por su parte, Salvador cree que conocer el origen de la droga permitirá concentrar los esfuerzos en puntos específicos, con mayores probabilidades de éxito en las incautaciones.
“Se estima que podrían haber al menos tres posibles fuentes de origen de la droga: Colombia, Bolivia y Perú. Las carreteras, ferrocarriles y vías navegables desde estos países hacia Brasil son totalmente diferentes. Si se descubre que la cocaína que llega al puerto de Santos viene de Colombia, la investigación se haría en rutas provenientes de Colombia para controlar el tránsito de este material ilícito”, indicó Salvador, quien cree que desde el primer año del estudio podrán ofrecerse resultados a la sociedad civil, y enfocar las investigaciones policiales de estas rutas en Brasil.