Sesenta años después de lanzar al primer hombre al espacio, Rusia inicia una nueva etapa de la carrera espacial gracias a su nuevo aliado: China. Ambas potencias planean llevar a cabo una misión robótica en un asteroide para 2024 y construir una base lunar permanente hacia 2030.
“China tiene un programa ambicioso, tiene los recursos para llevarlo a cabo y tiene un plan”, dijo a The New York Times Alexander Gabuev, investigador principal del Centro Carnegie de Moscú. Por otra parte, Rusia “necesita un socio”.
La primera misión conjunta chino-rusa será en 2024, en el pequeño asteroide Kamo’oalewa. Una sonda china recolectará muestras del astro y luego visitará el 133P/Elst-Pizarro, un cuerpo celeste del Sistema Solar cuya órbita se asemeja a la de un asteroide, pero con características visuales similares a las de un cometa.
Los rusos participarán en el proyecto con instrumental científico fabricado por el Instituto de Investigaciones Espaciales de la Academia de Ciencias de Rusia. “Los instrumentos se seleccionaron luego de la convocatoria de propuestas que realizó la Administración Espacial Nacional China (CNSA en inglés), para la misión combinada”, informó el portal web Space.com.
Hacia 2030, chinos y rusos también planean una serie de misiones para construir una base permanente en el polo sur lunar. La CNSA y la agencia espacial rusa Roscosmos firmaron el memorando de entendimiento, el 9 de marzo de 2021.
La base, denominada Estación Internacional de Investigación Lunar, se construirá “en la superficie y/o órbita lunar” y llevará a cabo múltiples actividades de investigación, como “exploración y utilización lunar, observación desde la Luna, experimentos científicos básicos y verificaciones técnicas”, indica el memorando, según informó el sitio web The Diplomat.
En octubre, durante la primera misión, tendrá lugar el lanzamiento de la nave espacial rusa Luna (nombre de un programa espacial de la era soviética) para buscar hielo, que podría proporcionar agua para futuras visitas humanas, informó The New York Times.
Misión a Marte
La exploración espacial china ya ha comenzado. El primer paso se dio en diciembre de 2020, cuando la sonda china Chang’e-5 alunizó y regresó a la Tierra con casi 2 kilogramos de rocas y sedimentos. La última misión de este tipo había sido Luna 24, operación soviética que recolectó unos 170 gramos de material lunar en 1976.
En mayo de 2021, China dio un paso más: llegó a Marte. La nave espacial china Tianwen-1, en la órbita del planeta rojo, puso en marcha su módulo Zhurong (vehículo motorizado) en la superficie de Marte, completando así la fase más peligrosa de su misión de 10 meses.
Por ello, China se convirtió en el tercer país en llevar a Marte una nave espacial, después de Rusia y los Estados Unidos. Según analistas, esta nueva lucha por la hegemonía espacial remite a la era de la Guerra Fría.
“Los EE. UU., bajo el mando de Joe Biden, reconoció a China como su ‘mayor amenaza’. Y la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte], por primera vez, acaba de calificarla como un desafío militar”, comentó al Global Times Danil Bochkov, especialista del Consejo de Asuntos Internacionales Rusos.
“Todos estos movimientos colocan a China en la misma clasificación que solía tener la URSS [Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas] en pleno auge de la Guerra Fría, cuando competía con los EE. UU. por el dominio en todos los campos posibles”, agregó Bochkov.
¿Fin de la EEI?
Desde 1998, Rusia y los EE. UU. han cooperado en la Estación Espacial Internacional (EEI), que orbita a 400 kilómetros de la Tierra. La EEI ha recibido a más de 240 astronautas de 19 países, incluyendo Brasil, lo cual fue posible gracias a la colaboración entre cinco agencias espaciales: la NASA (EE. UU.), Roscosmos (Rusia), JAXA (Japón), ESA (Europa) y CSA (Canadá).
Pero sa asociación internacional parece tener los días contados. Las autoridades rusas ya manifestaron que probablemente saldrán de la EEI una vez que caduque el acuerdo actual con sus socios, en 2024. Entre las razones estarían las sanciones que, a fines de 2020, aplicó el Departamento de Comercio de los EE. UU. contra las compañías rusas Progress y TsNIIMash, afiliadas de Roscosmos. Según Washington, estas empresas tendrían vínculos con las Fuerzas Armadas de Rusia.
China, excluida de la EEI, debe terminar en 2022 su propia estación espacial, Tiangong. El primer módulo, Tianhe, se lanzó el 29 de abril, desde la base de Wenchang en la isla de Hainan, según la CNSA. Tianhe es la nave espacial más grande desarrollada por China, cuyo peso es de casi 25 toneladas, informó Newsweek. Si la EEI finaliza su vida útil en 2024, la estación espacial china será la única operación de este tipo a partir de ese momento.