Rusia intensificó su censura y represión contra usuarios y medios de comunicación, aprobando bloqueos a Facebook, Twitter, e Instagram, así como una ley que criminaliza la difusión de “noticias falsas” sobre las Fuerzas Armadas Rusas y los “llamados a adoptar sanciones contra el país”.
El Servicio Federal de Supervisión de las Comunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación (Roskomnadzor en ruso), explicó el 4 de marzo de 2022 que tomaba esta medida luego que Facebook restringiera “las cuentas oficiales del canal de televisión Zvezda, las agencias de noticias RIA Novosti, Sputnik y Russia Today, así como los recursos de información Lenta.ru y Gazeta.ru”.
“Pronto, millones de rusos se verán privados de información confiable, de sus formas cotidianas de conectarse con familiares y amigos, y silenciados”, reaccionó en su cuenta de Twitter Nick Clegg, el presidente de Asuntos Globales de Meta, la compañía matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp. “Continuaremos haciendo todo lo posible para restaurar nuestros servicios para que permanezcan disponibles para que las personas se expresen de manera segura y se organicen para la acción”.
Ocho días después del inicio de los ataques rusos a Ucrania, Twitter decidió agregar etiquetas a las cuentas que comparten enlaces a portales de medios afiliados al Estado ruso, para agregar contexto útil a las conversaciones.
“Mientras la gente busca información creíble en Twitter sobre la invasión rusa a Ucrania, entendemos y tomamos nuestro papel en serio”, expresó el 28 de febrero Yoel Roth, jefe de Integridad de Twitter. “Nuestro producto debe facilitar la comprensión de quién está detrás del contenido que ve y cuáles son sus motivaciones e intenciones”.
El 11 de marzo, Roskomnadzor también anunció la restricción de acceso a Instagram, argumentando que “la red social distribuye materiales informativos que contienen llamados a cometer actos violentos contra ciudadanos rusos, incluido el personal militar”.
Estas medidas ocurrieron horas después de que el presidente de Rusia Vladimir Putin firmara reformas al Código Penal para castigar con penas de prisión de hasta 15 años y multas a quienes “desacrediten o difundan información deliberadamente falsa” sobre las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa”.
Adicionalmente, avalaron enmiendas al Código de Infracciones Administrativas para imponer multas a quienes hagan “llamados a la imposición de sanciones contra Rusia”, de acuerdo con la Asamblea Federal de Rusia, el 4 de marzo.
Reacción de prensa libre
Ante estas decisiones para asfixiar a quienes están informando sobre la guerra en Ucrania, las cadenas noticiosas decidieron suspender sus servicios desde Rusia y retirar a su personal, mientras evalúan los posibles impactos. La primera en hacerlo fue la BBC, el 4 de marzo.
“Esta legislación parece criminalizar el proceso del periodismo independiente. No nos deja otra opción que suspender temporalmente el trabajo de todos los periodistas de BBC News y de su personal de apoyo dentro de la Federación Rusa, mientras evaluamos todas las implicaciones”, afirmó el director general de la BBC Tim Davie.
El mismo día, CBC/Radio-Canada expresó su preocupación. “Parece criminalizar la información independiente sobre la situación actual en Ucrania y Rusia (…). Nuestros periodistas hacen un trabajo vital para llevar todos los elementos de esta historia a los canadienses y a la gente de todo el mundo. Estamos orgullosos de su profesionalismo y determinación y continuaremos apoyando su trabajo”.
La agencia EFE, que inauguró su oficina permanente de noticias en Moscú en 1970, también notificó el 5 de marzo que suspendía la actividad de sus periodistas. Gabriela Cañas, presidenta de la Agencia EFE, lamentó “profundamente este gravísimo ataque a la libertad de expresión; un intento evidente del Kremlin de ocultar la verdad a la opinión pública”.
“Con gran pesar, hemos decidido suspender temporalmente nuestra reunión de noticias dentro de Rusia”, dijo el editor en jefe de Bloomberg, John Micklethwait. “El cambio en el código penal, que parece diseñado para convertir a cualquier reportero independiente en un criminal por pura asociación, hace que sea imposible continuar cualquier apariencia de periodismo normal dentro del país”.