El 4 de enero, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nombró al Teniente General del Ejército Brasileño (EB) Otávio Rodrigues de Miranda Filho, para comandar la Misión de Estabilización de la Organización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO). Sustituye al Teniente General Marcos de Sá Affonso da Costa, también de Brasil, que finalizó su mandato el 28 de febrero.
“El hecho de que la ONU haya designado por quinta vez a un general brasileño para comandar la que tal vez sea la mayor y más compleja misión de mantenimiento de la paz en el corazón del continente africano reconoce, en el plano internacional, la calidad profesional de los militares brasileños”, afirmó a Diálogo el Tte. Gral. Miranda Filho.
Fase de transición
“La MONUSCO se encuentra en una fase de transición, pero los desafíos siguen siendo muchos. Tras más de 22 años de presencia en la RDC [República Democrática del Congo], la misión ya sufre una erosión natural de su imagen ante la población y el propio gobierno local”, explicó el Tte. Gral. Miranda Filho. “Es preciso continuar implementando el mandato, que se centra en la protección de civiles, pero también colaborar con la estabilización del país y ayudar a fortalecer las instituciones”, subrayó.
El cumplimiento de estos objetivos es condición fundamental para que las elecciones previstas para diciembre de este año se desarrollen con transparencia y seguridad, afirmó el Tte. Gral. Miranda Filho.
“El éxito del proceso electoral señalará la posibilidad de continuar con la transición de la responsabilidad de la seguridad interna a las fuerzas locales, caracterizando el cierre de la misión”, dijo el Tte. Gral. Miranda Filho. Paralelamente a estas acciones, también es importante reforzar las condiciones de seguridad del personal de la ONU que presta servicio en el país, añadió.
Actuación histórica
El Ejército Brasileño ha actuado históricamente en decenas de misiones de paz bajo el amparo de la ONU. Una de las primeras fue la misión de Suez, en Egipto, en 1956. Durante cerca de 10 años, los militares brasileños supervisaron el cese de hostilidades y la retirada de las fuerzas militares del territorio egipcio, con un Batallón de Infantería de la Primera Fuerza de Emergencia de la ONU. Brasil también actuó en la Misión de Observadores de la ONU en Angola, creada en 1997 para ayudar a las partes en conflicto a consolidar la paz y la reconciliación nacional.
Entre 2004 y 2017, Brasil también desempeñó un papel destacado en la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (MINUSTAH), junto a efectivos de países como Argentina, Bolivia, Canadá, Chile y Uruguay. Sus tareas incluyeron la ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto de 2010 y operaciones militares urbanas contra bandas armadas.
Un elemento central de la política en torno a la MINUSTAH fue la formación de grupos de países, conocidos como “grupos de amigos”, que se estructuraron para influir en el mandato y la conducta de la misión. “El grupo de amigos de Haití se formó en el momento de la negociación del mandato de la MINUSTAH, integrado por los Estados Unidos, Francia, Canadá, Brasil, Argentina y Chile”, según el Instituto Igarapé y el Centro Conjunto de Operaciones de Paz de Brasil Sergio Vieira de Mello, en un artículo conjunto.
En las últimas décadas, Brasil ha participado en grupos de amigos de varios países, como Timor Oriental y Guinea-Bissau. Según el Tte. Gral. Miranda Filho, misiones como las de Suez, Angola y Haití confieren a Brasil una “actuación histórica y ejemplar” en misiones de la ONU. “Esto se debe al permanente entrenamiento y capacitación de nuestros militares, para cooperar en misiones de paz y humanitarias”, afirmó.
“La participación de Brasil así como de otras naciones, en este esfuerzo por transformar regiones desestabilizadas en lugares más seguros para las poblaciones involucradas, es fundamental para el éxito de la ONU como principal órgano internacional para la resolución pacífica de conflictos internos o regionales”, concluyó el Tte. Gral. Miranda Filho.