Desde enero de 2020, cuando el mundo entró en alerta por el coronavirus, los militares brasileños intensificaron la lucha contra la pandemia. Lo mismo ocurrió en la mayoría de los países de Latinoamérica, que dependen de las fuerzas armadas para fortalecer las medidas contra la propagación del virus. Las funciones del personal y la asignación del equipamiento son diversas; van desde el bloqueo de fronteras terrestres hasta la producción de alcohol en gel en laboratorios militares.
Para el General Edson Leal Pujol, comandante del Ejército Brasileño (EB), esta batalla “es quizás la misión más importante de nuestra generación”, afirmó el oficial en un comunicado dirigido a los militares brasileños el 24 de marzo. “En este momento de crisis, una de nuestras responsabilidades con la nación es que nuestras tropas mantengan su capacidad operacional para enfrentar el desafío y marcar la diferencia”.
En Brasil, un centro de operaciones conjuntas en Brasilia se encarga de coordinar las acciones militares, que a su vez se reparten a 10 comandos conjuntos regionales de todo el país. En las tareas operan actualmente cerca de 20 000 militares del EB, la Marina de Brasil y de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), afirmó el General Fernando Azevedo e Silva, ministro de la Defensa de Brasil, el 1.º de abril.
Hasta la fecha, algunas de las principales medidas implementadas son la preparación de espacios para la detección de casos sospechosos y la atención de pacientes confirmados con COVID-19. En la ciudad de Boa Vista, capital de Roraima, se estableció un hospital de campaña con 1200 camas para atender a brasileños y, principalmente, a refugiados venezolanos que ya se encuentran en Brasil. El estado de Roraima alberga a unos 5000 inmigrantes venezolanos.
El EB colaboró con la instalación de tiendas de campaña en al menos 12 ciudades del sur y sudeste del país, para realizar controles a ciudadanos que presenten síntomas gripales. Estas tiendas se están instalando en áreas circundantes a hospitales, para evitar la concentración de personas dentro de las unidades de salud.
Debido a la escasez de alcohol para la higienización de manos, el Gobierno brasileño también determinó la fabricación de este producto en laboratorios de las Fuerzas Armadas. La unidad farmacéutica del EB tiene la meta de producir 180 000 botellas de 85 mililitros de alcohol en gel en las próximas semanas. El laboratorio de la FAB deberá producir 8000 litros de este producto para el mes próximo. Al principio, el alcohol en gel se destinará a organizaciones militares y médicas de las Fuerzas Armadas.
Los laboratorios militares están participando también en la producción de cloroquina. La sustancia se está estudiando en varios países como uno de los posibles medicamentos para el tratamiento del COVID-19. Según el Ministerio de Defensa de Brasil, se estima que la producción de unidades militares alcanzará los 500 000 comprimidos de cloroquina por semana.
Brasil sigue siendo la nación con el mayor número de casos de pacientes infectados y muertes por COVID-19 en toda Latinoamérica.