La Fuerza Aérea de los Estados Unidos desplegó cuatro aeronaves B-1B Lancers, para llevar a cabo misiones de la Fuerza de Tarea de Bombarderos (BTF) en la región Indo-Pacífica con aliados y socios clave, del 17 de octubre al 20 de noviembre de 2022. Los bombarderos están asignados al 37.º Escuadrón de Bombarderos, 28.º Ala de Bombarderos, en la Base de la Fuerza Aérea (AFB) de Ellsworth, Dakota del Sur, y volaron a la AFB Andersen en Guam, en apoyo de esta misión BTF.
Durante su despliegue de un mes en Guam, los bombarderos estratégicos B-1B llevaron a cabo varias misiones, entre ellas disuasión de adversarios, integración aérea y entrenamiento de interoperabilidad con F-2 de las Fuerzas Aéreas de Autodefensa japonesas, cazas F-35A de la República de Corea (ROK), y A-10C Thunderbolt II de las Fuerzas Aéreas estadounidenses, operaciones de reabastecimiento con motores en marcha en la Base Aérea japonesa de Misawa, y un ejercicio conjunto de entrenamiento de colocación de minas con fuerzas de la Marina estadounidense. Los B-1B volaron un total de 26 misiones, acumulando más de 360 horas de vuelo.
“Los despliegues y misiones de la Fuerza de Tarea de Bombarderos proporcionan garantías clave y cooperación con los aliados conjuntos y asociados de la región”, declaró el Teniente Coronel de la Fuerza Aérea de los EE. UU. Daniel Mount, director de operaciones del 37.º Escuadrón de Bombarderos. “El B-1 es una plataforma especialmente capaz en esta región, ya que puede recorrer grandes distancias y llevar una importante potencia de fuego con municiones de precisión y enfrentamiento”.

Los bombarderos B-1 B son capaces de alcanzar velocidades supersónicas, y pueden transportar hasta 34 000 kilogramos de armamento, la mayor carga útil de cualquier bombardero de la Fuerza Aérea estadounidenses. No pueden llevar armas nucleares, de acuerdo con el Nuevo Tratado START.
El Comando Estratégico de los EE. UU. lleva a cabo operaciones BTF de forma rutinaria en todo el mundo, como muestra del compromiso de los EE. UU. con la defensa colectiva, y para integrarse con las operaciones y actividades del Comando Geográfico Combatiente.
Estas misiones BTF apoyan los objetivos de la Estrategia de Defensa Nacional de previsibilidad estratégica e imprevisibilidad operativa, permitiendo a los bombarderos estratégicos operar en vanguardia desde una amplia gama de ubicaciones en el extranjero y en el territorio continental de los EE. UU., con mayor flexibilidad y resistencia operativa.
Una de las primeras misiones de los B-1B tuvo lugar al principio del despliegue, a finales de octubre, cuando los bombarderos se integraron con las fuerzas navales estadounidenses, para llevar a cabo un ejercicio de minas navales (MineX) frente a Okinawa, durante una misión de entrenamiento que partió de la AFB Andersen, en Guam.
“Ejecutar un MineX durante una misión de la Fuerza de Tarea de Bombarderos refuerza esos lazos, a través de la necesaria formación de integración en todos los servicios, para todos los implicados en el proceso”, declaró el Teniente Coronel de la Fuerza Aérea de los EE. UU. Chris McConnell, comandante del 37.º Escuadrón de Bombarderos. “Desde el personal de la Marina que construye y entrega las municiones, hasta nuestros cargadores de armas que se aseguran que sean cargadas correctamente en los aviones, la tripulación y los planificadores ejecutarán la misión y volarán junto a nuestros socios y aliados de la Marina”.
Juntos, un equipo de cargadores de armas del 28.º Escuadrón de Municiones y marineros del Comando de Municiones de la Marina, Unidad del Pacífico, en Guam, abastecieron a los bombarderos B-1B con 21 minas Mark-62 Quickstrike, de 225 kg de peso cada una. Tras volar a una zona de ejercicios frente a Okinawa, los B-1B desplegaron las minas inertes de entrenamiento en el agua.
Una mina naval es un artefacto explosivo autónomo, empleado para destruir buques de superficie o submarinos, y proporcionar una capacidad de bajo coste para la configuración del espacio de batalla y la protección de las fuerzas. Las minas también pueden utilizarse para impedir el acceso del enemigo a zonas específicas, o canalizarlo hacia zonas específicas.
El adiestramiento fuera de los EE. UU. permite a la tripulación y a los pilotos familiarizarse con otros teatros y espacios aéreos, y mejora las capacidades y relaciones duraderas necesarias para enfrentarse a una amplia gama de retos globales.
“Las misiones BTF demuestran nuestra capacidad para integrarnos con muchos países aliados y asociados en la región del Indo-Pacífico, además de con nuestras Fuerzas Conjuntas”, declaró el Tte. Cnel. McConnell. “Proporcionan un valioso entrenamiento para nuestras tripulaciones de bombarderos a través de múltiples conjuntos de misiones, mientras se integran con esas fuerzas y muestran el compromiso de nuestra nación, para mantener un Indo-Pacífico libre y abierto mediante ejercicios en toda la región”.