Los 184 países integrantes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES) que participaron en la edición 19 de la Conferencia de las Partes (COP19) en Panamá, realizada en noviembre, acordaron endurecer las normas de protección de nuevas especies de fauna y flora silvestre que están en riesgo, indicó CITES.
“Es un gran paso, pero va a ser lento el caminar”, dijo a Diálogo el 29 de noviembre Eliana Molineros, presidenta de la fundación Proyecto Sacha, una organización ecuatoriana que rescata y rehabilita animales salvajes y busca frenar el tráfico de fauna silvestre. “Aunque CITES ayude a judicializar los casos de tráfico de flora y fauna silvestre, la sola herramienta no es todo lo que se necesita”.
El acuerdo abarca la protección de 500 especies como tiburones, tortugas, lagartijas, aves, ranas, peces y más de un centenar de especies de árboles. Las normas CITES están diseñadas para garantizar la sostenibilidad de estas especies mediante la regulación del comercio internacional, señaló a la prensa el Ministerio de Ambiente de Panamá.

La normativa “va a permitir registrar los movimientos internacionales, sistematizar más información y tener más herramientas para hacer análisis, observar tendencias y elaborar mejores estrategias de conservación”, dijo Adrián Reuter, asesor principal de la ONG Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS), con sede en Nueva York, a la plataforma de periodismo ambiental Mongabay.
Por sus enormes ganancias, los delitos como la pesca ilegal, la tala y el tráfico de vida silvestre, son los preferidos de la delincuencia organizada transnacional. Además de disminuir la diversidad biológica estos crímenes afectan la salud humana, la seguridad y el desarrollo sostenible, muestra la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Latinoamérica alberga 40 por ciento de la biodiversidad mundial y cerca del 25 por ciento de las especies en peligro de extinción, muestra la plataforma de periodismo basada en Londres Diálogo Chino. América fue la región con mayor número de iniciativas aprobadas en el encuentro COP19, señaló el Ministerio de Ambiente de Panamá.
Tráfico de aletas
En la cumbre, los gobiernos aprobaron regular el comercio de 54 especies de tiburones réquiem y martillo, los más sacrificados por sus aletas, que restringirá drásticamente su contrabando en el planeta, reportó AFP. Los tiburones disminuyeron su número hasta en un 70 por ciento en los últimos 50 años, indicó CITES. Los países miembros tienen un año para adaptar sus legislaciones y preparar sus estrategias contra el tráfico de aletas, agregó Reuters.
Miles de toneladas de aletas de tiburón son enviadas desde Sudamérica hacia Hong Kong, China, señala el medio peruano de periodismo de investigación Ojo Público. Sin embargo, en 2021, “más de 90 por ciento de las importaciones de aletas de tiburón en Hong Kong fueron reexportadas a China continental”, dijo Loby Hau, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Hong Kong, al portal De Perú. Así mismo, las empresas pesqueras estatales chinas han sido acusadas de utilizar artes prohibidas para capturar ilegalmente tiburones en aguas internacionales, cortarles las aletas, una práctica proscrita por muchos países, así como de capturar en secreto más tiburones de los declarados oficialmente, según reveló una investigación de Mongabay, publicada el 1.º de noviembre.
“Este problema supera a los funcionarios, a las instituciones públicas”, comentó Molineros. “Más allá de las herramientas legislativas que existan, si no hay [suficientes] funcionarios capacitados que las apliquen (…) con la misma velocidad con la que suceden los delitos contra la fauna silvestre y el ambiente, son letra muerta”.
Camuflaje y mercado negro
La conferencia estableció proteger, entre otros, al shihuahuaco, uno de los árboles más antiguos y grandes de la Amazonía peruana. Grandes volúmenes extraídos de esta especie son ilegales, refiere el sitio peruano Actualidad Ambiental. Se estima que para el 2025 podría estar en peligro de extinción, agregó el medio peruano Caretas.
Según la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), la industria de madera ilegal genera anualmente USD 152 000 millones. Es la causante del 90 por ciento de la deforestación tropical en algunos países, atrae a grupos de delincuencia organizada transnacional, y aviva los conflictos en las regiones forestales donde compiten los delincuentes para apoderarse de los mercados.
Además, los cargamentos de madera sirven como camuflaje para el tráfico de armas y drogas. Esta modalidad es difícil de detectar por la fuerza pública, debido a la dificultad de mover la madera por su peso y tamaño, publica WWF-Colombia.
Empoderar
CITES también aprobó el control estricto del comercio de todas las especies de rana cristal y las tortugas casquito, para frenar la comercialización ilegal de mascotas exóticas en peligro de extinción. UNODC propone poner fin al tráfico de especies como un paso fundamental para proteger la biodiversidad y el Estado de derecho.
“Lo más importante es empoderar y poner en conocimiento del tráfico de flora y fauna al ciudadano común, para que pueda reconocer, identificar y denunciar, así como simplificar la forma de denunciar”, concluyó Molineros. “El primer paso para judicialización de los crímenes es la denuncia”.