Argentina despidió a un nuevo contingente de Cascos Azules que partió rumbo a Chipre, para cumplir con la misión de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP).
“En esta misión de paz tenemos una tarea específica, la de actuar como fuerza pacificadora entre dos sectores, para evitar la reanudación de las hostilidades y los incidentes”, declaró el ministro de Defensa de Argentina Jorge Taiana, frente al contingente que viajó el 19 de enero. “Vamos [a Chipre] principalmente para demostrar el compromiso de la República Argentina con el sistema multilateral de las Naciones Unidas”, completó Taiana.

El despliegue está integrado por 222 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, de los cuales 189 corresponden a la Fuerza de Tareas 61 (134 del Ejército, 49 de la Armada, cinco de la Fuerza Aérea y un subjefe de contingente), informó el Ministerio de Defensa en un comunicado. Además, hay 26 efectivos correspondientes a la Unidad Aérea (UNFLIGHT 59) y siete observadores militares y oficiales de enlace.
“Argentina es el segundo país en aportar la mayor cantidad de tropas de Cascos Azules a las fuerzas de las Naciones Unidas que se encuentran apoyando esta misión”, dijo el Ministerio de Defensa de Argentina.
Conflictos intra-estatales
“Más allá de contribuir a la paz, un valor mundial indivisible, para los militares toda OMP [Operación de Mantenimiento de la Paz] es una oportunidad invalorable para aplicar sus conocimientos y experiencia en la práctica y en escenarios reales con situaciones de crisis imprevisibles y desafíos de contingencias inesperadas”, dijo a Diálogo Juan Belikow, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Buenos Aires. Belikow afirmó que las misiones de paz responden cada vez más a conflictos intra estatales, entre actores domésticos que recurren a la violencia para resolver sus diferencias y controversias.
“[Este es] un escenario que cada vez más se presenta como aquel que requiere del instrumento militar, históricamente preparado para atender conflictos inter estatales”, dijo el experto. Los nuevos escenarios del conflicto son cada vez más urbanos, y la interoperabilidad con agencias no militares e incluso no gubernamentales es una actividad cada vez más necesaria, especialmente en el marco de las guerras híbridas e irregulares, añadió Belikow. “Consecuentemente, la experiencia y los conocimientos adquiridos en las misiones de paz son de fundamental y crítica relevancia para el futuro del quehacer y la profesión militar”, explicó.
Presencia femenina
Incrementar la representación femenina en las operaciones de paz es esencial, mantiene la ONU. Las mujeres militares mejoran la eficacia del mantenimiento de paz, tienen mayor acceso a las comunidades, contribuyen a la promoción de los derechos humanos y la protección de los civiles, y sirven de ejemplo a las mujeres y las niñas para que defienden sus propios derechos.
Según Women in Security (mujeres en seguridad), organización dedicada a promover el desarrollo profesional de las mujeres en los ámbitos de paz y seguridad internacional, Argentina demuestra su firme compromiso con la agenda sobre mujeres, paz y seguridad (WPS).
“El personal a ser desplegado [en Chipre] está conformado por más de un 10 por ciento de mujeres integradas en todos los roles exigidos por Naciones Unidas”, informó el Ministerio de Defensa de Argentina.
Las mujeres militares argentinas actúan tanto como miembros de la plana mayor, asesorando al jefe de la Fuerza de Tareas Argentina (FTA) como en el terreno, donde se desempeñan en actividades de patrulla, operación de equipos y vehículos especiales, o cumpliendo misiones de observación a las fuerzas en oposición, según el Ministerio de Defensa de Argentina.
“La FTA cumple con la misión de controlar el sector asignado para impedir nuevos enfrentamientos, por lo que ocupa una zona de amortiguación para vigilar las líneas de cesación del fuego, desarrollar actividades humanitarias y apoyar al resto de la misión”, completó el Ministerio de Defensa de Argentina.