La Copa América 2019, que se llevó a cabo en Brasil del 10 de junio al 8 de julio, reunió a jugadores de 12 países, 10 de Sudamérica: Argentina; Bolivia; Brasil; Chile; Colombia; Ecuador; Paraguay; Perú; Uruguay y Venezuela; y dos invitados, Japón y Catar. Durante este período los aeropuertos brasileños registraron un promedio de 3300 vuelos diarios, un aumento del 8 por ciento en el volumen de operaciones aéreas en comparación con el mismo período de 2018. Los datos provienen del Centro de Administración de Navegación Aérea (CGNA en portugués), una unidad del Departamento de Control del Espacio Aéreo (DECEA) de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB).
Para la Copa América, el DECEA estableció una estructura especial para supervisar los vuelos en los ocho aeropuertos de las cinco ciudades anfitrionas (Río de Janeiro, São Paulo, Belo Horizonte, Salvador y Porto Alegre). “Instalamos una sala principal en Río de Janeiro, que operó como centro de coordinación y control. Desde ese momento, muchos profesionales representantes de importantes organismos
Entre los profesionales que colaboraron en la sala maestra había militares del CGNA, representantes de la Secretaría de Aviación Civil, de la Agencia Nacional de Aviación Civil, del Comité Organizador Local, de la Policía Federal, de la Hacienda Federal, del Sistema de Vigilancia Agropecuaria Internacional, además de funcionarios de la Empresa Brasileña de Infraestructura Aeroportuaria y del Comité Organizador Local. “La integración de las agencias agilizó las decisiones y la demanda de información y de vuelos, lo que aseguró la eficiencia y el flujo de las operaciones aéreas”, dijo el Cnel. Sidnei.
Sistema integrado
El proceso de administración y supervisión del flujo aéreo en las ciudades anfitrionas se llevó a cabo a través del Sistema Integrado de Gestión de Movimientos Aéreos y de Control Total de la Información del Tráfico Aéreo. La información del estado de los aeropuertos en las ciudades anfitrionas fue mostrado en tiempo real en pantallas instaladas en la sala maestra, así como las imágenes de radar con sus respectivas informaciones de vuelo y de la posición de las aeronaves en el espacio aéreo de estas regiones.
El control estuvo a cargo de las distintas agencias federales dentro de sus ámbitos de competencia, mediante sus representantes dentro de la sala maestra. Ante cada actualización se generaban hojas electrónicas de cálculo, con la información necesaria para el funcionamiento eficaz de las operaciones aéreas